Subir el pico Calvitero tiene recompensa: visitar uno de los pueblos más bonitos de España

Fotografía de Juan Santos Curto

MARIA JOSÉ NÚÑEZ. Bienvenidos a uno de los Pueblos Más Bonitos de España. En Candelario encontrará un pueblo que ha sido nombrado Conjunto Histórico Artístico por su arquitectura tradicional, entorno natural y cuidado de costumbres y tradiciones”. Así es como presenta el alcalde de Candelario, Pablo Antonio Hernández, su municipio, en la web de su ayuntamiento. Y es así como nos los ha expuesto también a la redacción de RETO 16 CIMAS, pues la cima Calvitero se ubica en el límite entre esta región de Salamanca y Tornavacas (en Cáceres). Y teniendo este título de “Uno de los Más Bonitos de España”, no podremos dejar atrás esta villa salmantina tras llevar a cabo nuestro reto.

Ante la eterna pregunta que encuentran los ‘coritos’ (así es como se hacen llamar sus habitantes) de qué tiene esta población que no tengan otras, su alcalde nos responde de forma contundente que Candelario es “la conjunción del paisaje natural y la arquitectura serrana con la tradicional casa chacinera”.

Y es que una característica muy particular de Candelario son precisamente sus ‘casas fábrica’, -únicas en España-, sus regaderas recorriendo las calles, las ‘batipuertas’, los corredores y, como edificios singulares: el ayuntamiento y la iglesia principal.

Turismo Activo

Pero, sin duda, en el abanico de posibilidades que ofrece el municipio, nos quedamos con el Turismo Activo. Montañismo por la Sierra y por los valles glaciares, escalada, parapente, senderismo, Mountain Bike… La variedad es casi infinitiva a la hora de disfrutar del deporte de aventura. De hecho, en la web ‘Rutas por Candelario’ se pueden encontrar hasta 11 rutas distintas, con información exhaustiva de cada una de ellas, con su grado de dificultad, la calificación de cada sendero con criterios MIDE estandarizados, geolocalización, grado de dificultad e incluso recomendaciones para salir con los más pequeños.

Y como saber parar y disfrutar del buen comer también es otra de nuestras premisas, la gastronomía de Candelario es un motivo más para quedarnos y sentarnos a la mesa. Lo más típico: sus deliciosos embutidos, con la degustación de las tradicionales ‘chichas’, además de sus ‘patatas volteás’ y las setas. ¡Ya nos está entrando hambre!

Montañismo por la Sierra y por los valles glaciares, escalada,

parapente, senderismo, Mountain Bike…

La variedad es casi infinitiva a la hora de disfrutar

del deporte de aventura”

Entorno natural único

Una naturaleza diversa: frondosos bosques de castaños, robles, fresnos, abedules y otras muchas más especies que propician un ambiente idóneo para la variada fauna que habita el lugar. Entre los valles y bosques de la Sierra de Candelario podemos hallar: el gato montés o el jabalí, el tejón o la nutria. También, una especie autóctona: la musaraña bejarana.

Sus lagunas y circos glaciares son de obligada visita, así como sus enormes valles , que son reflejo de la acción de los agentes fluviales y glaciares que imprimieron su huella en la Sierra de Candelario.

Varios son los circos que podemos apreciar en la Sierra: Circos embrionarios (Pinajarro, Espinarejo), Circos escalonados (Hoya Mayor, Risco Gordo y Arroyo del Oso) y Circos desarrollados: La Hoya de Peña Negra y Hoya Moros. Además de todo ello, preciosas lagunas como la del Trampal, la del Chorro y la del Duque.

En 1975 Candelario fue declarado Conjunto Histórico-Artístico,

por su belleza y singularidad

En cuanto a sus fiestas, tienen la de invierno y la de verano. La de invierno es el 2 de febrero: ‘La Candelaria’. Y la de temporada estival es el 26 de julio. Una fiesta, según palabras del alcalde, “que reúne mucho público, pues Candelario es un municipio que recibe bastante población en esta época del año.

Por lo tanto, ya tenemos el plan perfecto tras ascender el Calvitero: ¡el premio gordo se llama Candelario!

Cosas que debes saber si visitas Candelario:
  • Regaderas: son canalillos de agua cristalina recogida de las nieves de su sierra.

  • Batipuerta: con ese nombre nos referimos a la media puerta que antecede y protege a la propia de la vivienda. De madera y con un remate superior variable en su diseño, parece reunir diferentes funciones. Para unos, defendía la casa de los rigores climáticos. Para otros, permitía airear la vivienda sin temor a que entraran algunas ganaderías de las que merodeaban frecuentemente por las calles. Y para muchos: formaba parte del quehacer cotidiano de la casa, permitiendo que desde el interior de la misma, desde el portal, el matarife pudiera asestar a las reses el golpe definitivo que pusiera fin a su vida e iniciara el proceso de la matanza. 

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