Las actividades con los niños en plena naturaleza siempre son garantía de diversión. Además, fomentamos el respeto por nuestro entorno al mismo tiempo que aprendemos una nueva manera de interactuar con los más pequeños. Que nuestros hijos vayan equipados con ropa adecuada o un buen calzado es importante, pero ¿qué ocurre cuando se trata de un bebé que no camina o de un niño que se cansa en una ruta? Por muy preparados que vayan, necesitan descansar y eso es algo que puede darse sin necesidad de que el adulto tenga que interrumpir su marcha.
EVA LORENTE. Redacción RETO 16 CIMAS.-
Una buena opción para que llueva a gusto de todos puede ser el porteo, alternativa que se está extendiendo al permitir a los padres mayor libertad de movimientos y sobre todo, mayor comodidad para los niños. ¿Pero todo porteo es idóneo para la marcha?
Para resolver esta y otras cuestiones, RETO 16 CIMAS ha contado con Alicia Orce, fundadora de “Yo porteo tú porteas”, empresa especializada en dar a conocer y difundir los beneficios del porteo ergonómico, ayudado de bandoleras, fulares, abrigos, mei tai o mochilas. Posibilidades infinitas que pueden darse perfectamente en cualquier terreno no sin antes resolver la necesidad, en palabras de esta experta, de “escuchar más a nuestros hijos y ofrecerles mucho contacto, tan bueno para compartir con ellos nuestras aficiones”.
Aficiones como por ejemplo la montaña, en la que se da el mismo tipo de porteo que en un espacio urbano porque “el portabebé ergonómico siempre va a ser una herramienta que nos permita básicamente llevar las manos libres. Su uso será igual en cualquier ámbito pero siempre teniendo en cuenta que se puede llevar entre 3 y 4 horas seguidas” y que, a partir de ese momento, niño y adulto deben descansar.
Hablar de productos ergonómicos es sinónimo de hablar de aquellos que respetan la fisionomía y la biomecanicidad de nuestros bebés, adaptándose al crecimiento de ellos y no al revés. Y lo mismo ocurre con el adulto, “que necesita que el portabebés se adapte a él para mantener y respetar una buena higiene postural”, añade Orce quien insiste en elegir un elemento de porteo simétrico que reparta el peso en los dos hombros ya que, salir a la naturaleza conlleva realizar ejercicio físico extra, de forma que lo mejor es que sea cómodo, al llevar peso en nuestra espalda.
“Lo más aconsejable es mantener siempre una armonía cuerpo a cuerpo de los puntos de equilibrio de ambos sujetos: porteador y porteado”. Es decir, nunca hay que llevar a los niños en contra de nuestros cuerpos o de cara “al mundo”, ya que esta posición puede desequilibrarnos a ambos.
Que el porteo sea ergonómico implica que el trasero del niño quede bajo y las rodillas más altas, en forma de “M”, como una “ranita”, ayudando así a la curvatura natural de la espalda para que le quede en forma de “C”.
Además, no hay una edad de inicio ni de fin para llevar al niño, ya que los elementos con los que contamos en la actualidad siempre son de carácter evolutivo. “Se trata de una decisión de los padres”, entiende esta psicóloga zaragozana formada en asesoría de porteo y que aconseja que, si el niño no camina todavía y no se sienta por sí solo, será mejor contar con productos de tejido de fular, para que se adapte mejor al cuerpo de porteador y porteado.
PORTEO EN MONTAÑA. LO PROHIBIDO Y LO PERMITIDO
La mochila de trekking siempre se ha conocido como la estrella del porteo en montaña o en excursiones por la naturaleza. Sin embargo, gracias al conocimiento de esta nueva corriente de carácter ergonómico, se sabe que las tradicionales no son recomendables para este objetivo. “Pesan mucho porque también llevan hierros, y por ello nuestros cuerpos no llevarán bien todo el peso conjunto. Además, ofrecen distanciamiento entre los cuerpos del adulto y del niño y eso da un punto de desequilibrio innecesario”.
Con ellas, el niño se queda sentado o colgado pero nunca colocado de forma ergonómica, perjudicando su espalda y su cadera, sobre todo si pasa varias horas en esa posición. Y ya, si nos fijamos cuando hacemos alguna excursión y vemos este tipo de mochilas, seguro que nos encontramos a algún niño dormido con la cabeza a merced del propio movimiento de la andada.
Con respecto a los beneficios emocionales del porteo para los niños, Alicia Orce se muestra contundente con su punto de vista. “Los bebés necesitan ser balanceados del mismo modo que lo han estado en el útero de la madre, ya sea en la ciudad, en el pueblo o en la montaña y pedirán que les cojamos en brazos para evitar sentirse separados de sus padres y sentir ese apego, que se consigue con el movimiento que nos facilita el porteo”.
El hecho de compartir con nuestros hijos el amor por la naturaleza y el gusto por salir a hacer excursiones, haga frío o calor, establecerá “un feedback que les producirá tranquilidad y felicidad, influyendo favorablemente en el plano físico y psíquico del niño, en el sistema cognitivo, sensorial o emocional”, afirma Orce.
Para terminar, si no os han quedado claros todas las ventajas del porteo, añadimos uno más… ¿Sabéis que incluso beneficia al sistema vestibular, que es tan necesario en los bebés y que favorece al desarrollo de la lectoescritura?.