RETO 16 CIMAS entrevista al geógrafo ambiental y montañero Daniel Boyano Sotillo, presidente de la Asociación para el Estudio de la Montaña Cryosanabria, en la provincia de Zamora. Daniel ha trabajado en temas de cooperación internacional relacionados con el desarrollo rural, la conservación de la naturaleza y la gestión de riesgos naturales. Entre sus lugares de trabajo ha tenido el privilegio de estar en toda la cordillera de los Andes (desde Colombia a Patagonia), la de volcanes de Centroamérica, en las montañas del norte de África, en el Himalaya, y la zona de montaña de los 2.000 altos del Golán, en la frontera de Israel, Palestina y Siria.
Ha participado recientemente en el Foro Internacional de Montaña en Fez (Marruecos) presentando, en nombre de Cryosanabria, servicios ecosistémicos de la conservación de la montaña y posibles proyectos con asociaciones locales. En Granada, unos meses antes, también estuvo presente en el Congreso Internacional de las Montañas, dando a conocer los servicios ecosistémicos de las cimas de más de 8.000 metros del Himalaya. Y en la actualidad, realiza consultorías a distancia con la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) y otros organismos de la misma índole.

ENTREVISTA.-
Eva Lorente/ Sanabria/Septiembre 2018
Daniel Boyano concibe la montaña de una forma muy personal. Quizás, porque es, en palabras de este geólogo, montañero y guía sanabrés, “un museo” y este concepto se convierte en el leit motiv de Cryosanabria, asociación que preside desde su fundación hace más de 5 años y cuyo objetivo principal es dar a conocer el patrimonio natural y cultural de las montañas del noroeste ibérico y, sobre todo, de la comarca de Sanabria, así como de las estribaciones orientales de la cordillera Cantábrica.
Este gran montañero que colabora habitualmente en el Centro de Educación Ambiental de Villardeciervos y tiene entre manos un proyecto de cartografía de buenas prácticas dentro de la Reserva de la Biosfera nos habla de una de los picos de RETO 16 CIMAS: Peña Trevinca.
Contando con esta como la cima más alta de Galicia y la más alta de Sanabria y de la provincia de Zamora, nuestro entrevistado admite que, si bien se trata de la misma formación en un lado y en otro, porque no hay grandes diferencias ni en fauna ni en flora ni paisajísticamente ni en litología, geomorfológicamente la parte sanabresa es más abrupta que la gallega.
Con todo, la diferencia más importante que existe entre ambas zonas es la administrativa, comenta Boyano, quien añade que Cryosanabria está intentando desde hace años que Peña Trevinca sea más reconocida y apoyada por las entidades locales, municipales y estatales.
El concello de A Veiga y la Universidad de Santiago de Compostela “sí que trabajan en muchos estudios sobre turismo de montaña y su promoción respetuosa y le hacen un seguimiento al proyecto a nivel turístico de la zona gallega”, dice. Y es, en todos estos puntos, “donde hay que realizar trabajos en conjunto” y por eso Cryosanabria colabora de manera habitual con el departamento de Geografía de la Universidad de Santiago ya que la geografía “no entiende de fronteras”.
Aquí, el turismo “está enfocado al lago de Sanabria y a Puebla de Sanabria”, comenta Boyano, quien reconoce que el más alternativo, el más encarado a la montaña, es el que más cuesta de difundir. Por eso se pretende que las instituciones del lado sanabrés, a todas las escalas (Ayuntamientos, Diputación y Junta), ponga en valor la cara sanabresa de Peña Trevinca. Mientras tanto la organización, “de forma humilde pero con toda su vocación, continuará con este trabajo aunque no tenga ninguna ayuda de las instituciones”.
“PEÑA TREVINCA SE MERECE DIFUSIÓN EN TODOS LOS IDIOMAS”
Es tal el interés que la gente de Cryosanabria tiene en difundir por igual ambas caras de este pico, que los artículos del blog y los relatos sobre esta montaña se escriben en sanabrés, gallego e incluso en portugués. Asimismo se ve el Macizo de Trevinca como “único e indivisible”.
Además, como “la unión hace la fuerza” y necesitan una difusión de toda la zona, llevan años de hermanamiento entre la comarca de Sanabria y la leonesa de la Cabrera, con la que una vez al año realizan una subida a un pico de más de 2.000 metros porque ambas comarcas tienen las mismas tradiciones y costumbres y esta última “es todavía más desconocida que la de Sanabria”. Así, ofrecen desde instrumentos a comida y pasan un día intercambiando impresiones. La próxima, ya mismo, en octubre, en el entorno de Lago de la Baña. Boyano también participará en el Mes de la montaña de La Bañeza, León.
Por otro lado, involucrar a los niños es otro de sus propósitos, por ejemplo, invitándoles a realizar dibujos de cómo se imaginan Peña Trevinca o de la experiencia que han tenido en una excursión, alternando con talleres de maquetas o murales de la sierra de Sanabria, del macizo de Peña Trevinca, en plastilina y con otros materiales, donde los pequeños reconocen los lugares, les ponen los nombres, observan su toponimia y los ecosistemas que les rodean.
El grupo de expertos que compone la asociación se reparte las tareas. Todos ellos trabajan en temas ambientales y culturales de montaña, intentando recoger y transmitir conocimiento. Además de las comentadas, las acciones que realizan implican a cualquier persona del ámbito local pero también a mucha gente “de paso”, desde profesores de Secundaria de los alrededores de Puebla de Sanabria hasta visitantes de fin de semana. Frecuentemente lo hacen de la mano del club de Montaña Sanabria, entidad que cuenta con 80 socios y que intenta enriquecer el patrimonio sociocultural de esta parte de España que presenta una población envejecida pero con la que participan constantemente “para que las tradiciones y la organización social rural no se pierda”, afirma Boyano.
En definitiva, se intenta que todo aquello que se programa relacionado con el alpinismo, con rutas largas, etc. de prioridad al conocimiento de la montaña en sí y no a quién lo ha realizado porque frecuentemente nos encontramos que el que prevalece es “el protagonista frente al entorno y debería ser al revés” según afirma Boyano.
LA SIERRA DE LA CULEBRA, EN ZAMORA, TIENE LA MAYOR DENSIDAD DE LOBOS DE EUROPA OCCIDENTAL
“Está muy claro que existe un turismo de masas en esta zona, concentrado en el tiempo y en el espacio”, cuenta el geógrafo, quien añade que se está notando un incremento de visitantes interesados por la naturaleza que se mueven en torno a las actividades relacionadas con la nieve (salidas con raquetas o esquí de fondo) o con la observación de la fauna como pueden ser la berrea del ciervo, que se da en septiembre y octubre o las esperas de lobo, “algo relativamente desconocido puesto que poca gente sabe que esta es la zona del sur de Europa donde más densidad de lobos existe durante todo el año”.
Es precisamente en este tipo de eventos cuando “quien se involucra en asociaciones así, se da cuenta de la diferencia que hay entre el turismo de montaña, el montañismo y el deporte de montaña”. El turismo de montaña implica “acomodar, domesticar la montaña a las personas no acostumbradas a ella, lo cual lleva a un desequilibrio que puede acabar en deterioro o no de la zona”, dice Boyano. Sin embargo, añade, el montañismo “tiene el carácter de aventura en el que no hay que modificar nada de lo que te gusta, donde la principal fuente de atracción y la relación directa está con la naturaleza”. Por su parte, en el montañismo no existe la competitividad, sino todo lo contrario y eso es lo que, entre otras cosas, marca la diferencia con respecto a los deportes de montaña en los que, añadiendo ese factor de competición, hacen que se pierda de vista el escenario en el que se está y de ahí, el esfuerzo que se debe realizar para introducir “medidas correctoras, de sensibilización a los corredores y de información sobre el patrimonio cultural y natural que van a observar durante el transcurso de su actividad deportiva”.
Cryosanabria no para. En estos momentos, se están programando unas jornadas que relacionan a la mujer y la montaña, por ejemplo, además de las habituales, como las relacionadas con las tradiciones ganaderas, entre otras, o las puramente deportivas en el ámbito montañero. Por otro lado, Boyano nos cuenta que todos los jueves del año hay una proyección de alguna película sobre la montaña o la naturaleza. La sesión es participativa, y se ofrece desde el cine más alternativo hasta documentales, grabaciones de los animales donde quien lo ha realizado explica el proceso, películas sobre alpinismo, o sobre las costumbres de la zona, donde merecen mención especial las “mascaradas”, unos rituales que se celebran aproximadamente en el solsticio de invierno y que se dan sobre todo en San Martín de Castañeda y Vigo de Sanabria y donde interviene todo tipo de público.
Además, se programan varias exposiciones de fotografías y audiovisuales que no dejan de circular, así como talleres relacionados con el alpinismo, senderismo, barranquismo o actividades tradicionales de manera continuada. Cryosanabria continúa su labor en un año en el que van a celebrar, por primera vez, un intercambio con un proyecto Erasmus entre mujeres de los Andes y mujeres de la zona del noroeste ibérico y en el que Peña Trevinca seguro que desempeña un papel fundamental.