Cómo prevenir dolencias en los pies antes de practicar senderismo

Redacción: Juan Carlos Montero Arroyo, Vocal de Publicidad, Comunicación y Redes de COPOMA (Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad de Madrid)

El senderismo es una práctica cada vez más realizada por personas de todas las edades. En esta actividad, se produce un mayor sufrimiento en nuestros pies debido a los diferentes terrenos, al aumento de tiempo sobre ellos en relación al día a día habitual y, al tipo de calzado utilizado. Por todo ello, es imprescindible adquirir unos buenos hábitos en el cuidado de nuestros pies para prevenir todos los posibles problemas que pudiesen derivar de una mala práctica de senderismo.

  1. En primer lugar, debemos poner en marcha una serie de cuidados higiénicos; aquellos apropiados para nuestros pies. Para ello, debemos empezar por el aseo diario con jabones neutros, cuestión que es importante para garantizar el buen estado de la piel. Sumado a esto, una buena hidratación ayuda a prevenir sequedad y grietas, y ayuda a nuestra piel a adaptarse mejor a los diferentes roces ejercidos por el calzado.
  2. En segundo lugar, un buen calzado es fundamental. Los zapatos que utilicemos deberán proporcionar una buena sujeción, una buena amortiguación de impacto, y una buena adaptación al pie. De este modo, nos aseguraremos de proteger correctamente nuestro pie en cuanto a los diferentes terrenos. Siempre será oportuno que la suela cuente con un grosor adecuado. En este sentido, será conveniente una altura suficiente en la zona del talón, para evitar sobrecarga en la musculatura posterior de la pierna. Además, dichas suelas deben ser antideslizantes y estar confeccionadas con materiales aislantes, pero que permitan una buena transpiración del pie.
  3. Por último, antes de realizar la actividad, es necesario solucionar cualquier posible anomalía en nuestros pies, o derivado de ellos. De este modo, debemos acudir a la consulta de Podología, para asegurar que todo está correctamente y, después, para que puedan tratarnos posibles problemas de las uñas o de la piel como callos, clavos, o durezas, que podrían generar alteraciones más importantes en el caso de no ser tratadas antes de la caminata. Además, el profesional de Podología también realizará una exploración biomecánica de la marcha, con el fin de prevenir o tratar problemas como metatarsalgias, fascitis plantar, tendinitis del tibial posterior, y otros posibles problemas, mediante la prescripción de unas plantillas podológicas o de otros medios rehabilitadores, que pueden ser importantes y beneficiosos para una buena salud de nuestros pies.

Ante la práctica del senderismo, nuestros pies son nuestra herramienta de trabajo,

por lo que, si seguimos todas estas pautas, reduciremos en un alto porcentaje

la posibilidad de sufrir problemas o lesiones y podremos disfrutar

de caminar en la naturaleza con buen pie.